Con este ejercicio corporal aumentará la conciencia del centro de nuestro cuerpo, al mismo tiempo que mejoramos la movilidad articular de nuestra cadera.
La forma de vestir supone toda una forma de comunicación con el mundo: si nos vestimos de forma descuidada podemos estar diciendo de alguna manera que nos importa poco lo que piensan l@s demás. En cambio si somos extremadamente detallistas podemos comunicar una obsesión por lo que piensen otras personas. Lo mismo sucede si vamos a la moda o si tenemos una forma de vestir muy individualizada denotando cierta personalidad. El caso es que nos guste o no ayuda a que se formen las primeras impresiones.
Además de con terceras personas el vestir puede suponer una forma de comunicarnos con nuestro interior. Algunos estudios han demostrado que determinados colores, accesorios o texturas nos pueden hacer modificar nuestra forma de percibirnos, nuestro estado de ánimo y con ello nuestra forma de expresarnos. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Hertfordshire se preguntó a más de 100 mujeres cuál era la prenda que llevaban cuando estaban deprimidas siendo los vaqueros y una camisa las más elegidas. En cambio cuando estaban felices había un 10% de posibilidades de usar su vestido favorito y el uso de los complementos como collares y pulseras aumentaba exponencialmente.
“La ropa que nos ponemos es capaz de alterar la manera en la que
interaccionamos con el resto del mundo porque determina el modo en el
que nos ven los demás de la misma manera que condiciona lo que pensamos
de nosotros mismos” Dr. Galinsky
¿Así que alguna vez has reflexionado en cuál es la ropa que te lleva a sentirte mejor?
Con este ejercicio haremos especial hincapié en el cuadrado lumbar y los erectores de la columna. Cuando nos movamos además implicaremos otros músculos como el dorsal ancho, el redondo mayor y el romboides.
Dicen los expertos que estamos programados para evaluar de forma inmediata a una persona gracias a un primitivo mecanismo de supervivencia que nos indica si la persona en cuestión nos supone una amenaza o no. Ahora bien, la cultura y la educación nos han enseñado a "controlar" nuestras reacciones más impulsivas porque en la mayoría de los casos vivimos en entornos en los que nadie nos va a atacar físicamente.
Otro punto importante son los prejuicios que TODA PERSONA tenemos ya que nos ayudan a representarnos una realidad compleja. Los prejuicios se nutren de las experiencias pasadas, la educación recibida, la ideología, etc... Debemos aprender a reconocerlos y a saber cómo nos influyen y ya entonces decidiremos en qué grado les podemos hacer caso.
Dicho esto, queda claro que el aspecto físico que proyectamos al exterior comunica y muestra una información de primer orden hacia los demás. De acuerdo con Teresa Baró la imagen global que mostramos a los demás depende de:
Cómo somos físicamente.
Cómo nos vemos.
Cómo nos relacionamos con el entorno.
Cómo nos valoramos al recibir la información recibida.
El primer punto es no un rasgo no electivo, pero el resto depende de nuestro pensamiento y nuestras actitudes a la hora de interrelacionarnos con el entorno. Una persona con un muy buen aspecto físico si va mirando por encima del hombro a otras personas es muy posible que cause una mala impresión, al mismo tiempo que alguien excesivamente acomplejado por un posible "defecto" físico tendrá dificultades para establecer relaciones con fluidez.
Sin caer en la "dictadura de las modas" el hecho de cuidar nuestra forma de vestir para dar una imagen coherente con lo que somos y queremos mostrar ya comunica de forma inconsciente que valoramos al resto. Al mismo tiempo que no cuidar en absoluto este aspecto muestra lo contrario: que no nos importan los demás.
Mucha gente afirma no tener pasta cuando un mendigo le pide, aunque la cosa cambia cuando una jovencita de buen ver les pide dinero para el ticket de la hora...
El equipo de Pesadilla en la cocina se cuela en los menesteres culinarios del mismísimo Jesucristo...
Rajoy presenta medidas para sanear las cuentas del país:
Pozuelito y arroyón nos dan su particular crónica de la vida...
El sueño es algo fundamental para nuestra vida ya que es cuando cargamos nuestras baterías tanto física como psicológicamente. Aproximadamente un tercio de nuestra vida lo pasamos durmiendo. Es por esta razón por la que conviene que prioricemos y pongamos medios para que ese tercio de nuestra vida lo vivamos con la mayor calidad posible. Para ello hace falta un lugar ni demasiado cálido ni demasiado frío, un colchón o superficie ni muy dura ni muy blanda y una actitud mental que con técnicas como esta podemos desarrollar y cultivar...
El tacto es una vía de comunicación que o bien, puede ayudarnos a reforzar nuestra capacidad de comunicación o bien puede hacer que invadamos el espacio personal de la otra persona o resultemos impertinentes. Muchos estudios demuestran que un ligero toque en el codo aumenta las posibilidades de alcanzar lo que queremos al realizar una petición ya que, por un lado, generamos un pequeño vínculo y, por otro, tocamos una zona muy alejada de "zonas íntimas". Pero también hay ciertos gestos cotidianos que pueden llegar a causar una mala impresión como por ejemplo:
Poner el dedo acusador en el pecho.
Tocar el hombro y el brazo con el revés de la mano.
Coger del brazo a alguien al hablar.
Dar toquecitos en el muslo o rodilla al estar sentad@.
Dominar el código táctil requiere que seamos personas cautas y que tengamos en cuenta muchos factores contextuales como la cultura, las situaciones y el nivel de confianza.