viernes, 22 de febrero de 2013

La comunicación no verbal: la sonrisa.


Tener una buena sonrisa nos da beneficios tanto físicos como psíquicos. Desde nuestra niñez aprendemos a usarla para agradar  y ganarnos el cariño de los demás. A medida que crecemos aprendemos a usarla ampliando su uso para otros fines como pueden ser salir de situaciones tensas o intentar tapar sentimientos contradictorios. Surgen así las "sonrisas falsas".

Para distinguir una sonrisa sincera de una falsa tendremos en cuenta las siguientes manifestaciones:

En una sonrisa sincera surgirán las típicas "patas de gallo" en los ojos y se contraerán los músculos que van desde el pómulo hasta el labio superior.

En una sonrisa falsa los labios estarán haciendo una mueca forzada sin el acompasamiento de los músculos anteriormente descritos.

Conviene recordar que dedicar unos minutos al día a entrenar los músculos faciales que contraemos en este gesto no es ninguna pérdida de tiempo. Haremos que nuestro cuerpo responda en situaciones cotidianas con una sonrisa de manera más espontánea, mejorando así nuestra aceptación hacia los demás. 

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