martes, 19 de marzo de 2013

La comunicación no verbal: la seducción II





La semana pasada ya empezamos a hablar de la seducción pero aplicada ésta hacia los demás sin tener ningún matiz sexual. Esta vez, trataremos de poner de manifiesto todas aquellas señales, la mayoría inconscientes, que suceden cuando se da un "proceso de apareamiento" entre dos personas que se atraen.

En primer lugar, conviene dejar claro, que a diferencia de la seducción de la que hablábamos la semana pasada, la seducción sexual está expuesta a una serie de restricciones sociales, morales, psicológicas, etc... que de alguna manera nos impiden mostrar nuestras intenciones tan abiertamente como en el caso de la seducción en general, por lo tanto los comportamientos suelen ser más sutiles y encubiertos.

Vamos a resumir una decodificación que Teresa Baró (la mujer del vídeo) realiza del ritual de seducción en su gran libro "La gran guía del lenguaje no verbal":

  1. Transformación del cuerpo. En el momento en que experimentamos atracción hacia otra persona nuestra postura cambia y eso se nota en diversas manifestaciones en los hombres como hinchar el pecho y levantar la cabeza, acicalarse, hacer gala de fuerza y poder adquisitivo, etc... y en las mujeres tensando el cuerpo levantando pecho, peinándose el cabello con los dedos, etc...
  2. Juegos de miradas. Una de las dos personas comienza a mirar a la otra de forma intensa lo cual es captado por la persona que es observada. Lo normal es que quien es mirado aparte instintivamente la vista, pero hay dos reacciones: una de huida disimulada, evitando más contactos visuales; y otra de interés volviendo a mirar hacia la otra persona en menos de un minuto comenzando un proceso de mirar-desviar- recuperar hasta el siguiente paso.
  3. Sonrisa. Esta se produce durante los juegos de miradas de forma sincera, discreta y respetuosa siendo acompañada con una leve inclinación de la cabeza.
  4. Acortamiento de distancias. Es el momento en que una de las dos personas, de forma cortés y respetuosa se acerca a hablar respetando el espacio de la otra y, todavía sin contacto físico.
  5. Posición del cuerpo. Una vez que se ha producido el acercamiento una de las dos personas iniciará una conversación. Si todo va bien, la otra persona corresponderá mirándole volviendo la cara y, paulatinamente, todo el cuerpo hasta quedar frente a frente. Si en ese momento la otra persona no vuelve la cara es que ya no hay atracción. 
  6. Hablar y reír. Es el momento en que se produce una conversación distendida que evitará temas negativos y quejas. Es importante que quien inicia la conversación haga que la otra persona se exprese y muestre interés por lo que diga. A mayor sentido del humor, más probabilidades de éxito.
  7. Tacto. Si todo ha ido bien, es en este momento cuando se inicia un contacto más físico que se puede usar conscientemente a modo de tanteo en el que el contacto irá de menor a mayor intensidad.  Un pequeño error puede llevar al traste todo el ritual de seducción. Dure lo que dure este proceso de tanteo que pueden ser minutos, días, semanas, meses o años, siempre se suele dar la siguiente secuencia según Desmond Morris: 
    1. Ojo-cuerpo. 
    2. Ojo-ojo.
    3. Voz-voz.
    4. Mano-mano.
    5. Brazo-hombros.
    6. Brazo-cintura.
    7. Boca-boca.
    8. Mano-cabeza.
    9. Mano-cuerpo.
    10. Boca-pecho.
    11. Mano-genitales.
    12. Genitales-genitales y/o boca-genitales.
  8. Movimientos y sincronización. Son aquellos movimientos acompasados que se dan entre dos personas que están en sintonía y actúan como si estuvieran en una burbuja sin nadie más a su alrededor. Para preservar este estado y estar dentro del ritual es importante evitar cualquier injerencia externa como mirar el móvil o saludar a alguien que hemos divisado.

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